Frecuentemente me preguntan: «¿Quién es nuestro mayor competidor?», mi respuesta podría ser inmediata, pero prefiero llevar la conversación hacia una introspección más profunda. Reflexionemos juntos sobre lo que hacemos y por qué lo hacemos, y cómo hemos llegado al punto en el que estamos.
Somos empresarios, cada uno con su historia, un inicio y una trayectoria que nos define. Tradicionalmente, podríamos pensar en un competidor como otros profesionales o empresas que operan en nuestro mismo sector y realizan actividades similares. Sin embargo, con la experiencia acumulada, he aprendido que esta visión puede ser limitante. Desde mi perspectiva, nuestro mayor competidor somos nosotros mismos.
Todo comienza con una idea. Desde ese momento, nos embarcamos en una travesía incansable para llevar esa idea al éxito, guiados por nuestra propia visión del nicho, el producto y la comunicación. Nuestra tarea es crear algo distinto, algo que nos identifique y que se distinga en el mercado.
A lo largo de los años, muchos empresarios han pasado por nuestra consultora, y aunque muchos compartían el mismo sector y producto, lo que realmente los diferenciaba era su percepción y su visión única del producto. Ser empresario es, sin duda, un desafío constante; es saber hacia dónde correr en un mar de pensamientos e ideas, aprender a mostrar lo que deseamos que los demás perciban, y lograr una identificación total con nuestra marca, nuestro producto y nuestras ideas.
Además, mi rol como asesora me permite ver más allá del comienzo de cada proyecto. A menudo, cuando alguien me comparte su idea, puedo visualizar su potencial y estrategias que aún no han considerado. Esto me permite ayudarles a organizar y perfilar su trayectoria hacia el éxito. Amo mi trabajo porque no se limita a un escritorio o a un despacho; es mucho más que leyes y números.
Mi experiencia es amplia, desde ayudar a una empresa familiar que lucha por organizarse y avanzar, hasta trabajar con corporaciones millonarias con estrategias globales. Para mí, tener visión significa ser capaz de transformar a un autónomo en una sociedad y continuar empujándolo hacia el crecimiento.
Por eso, no me encontrarán detrás de un escritorio. Prefiero estar al lado de mis clientes en cada etapa del proceso, siendo una más de su equipo y llevándolos hacia el éxito. Esta es mi pasión y mi compromiso.